jueves, 13 de diciembre de 2012

The Shallowness

El marketing es nefasto. Cualquier persona que se desenvuelva en ese rubro no es más digno que un criminal de poca monta. Su trabajo es marcadamente una tergiversación en base a un relato absurdo, en ésta su misión es más que simple; multiplicar nuestras necesidades que deberían ser simplemente dividas o acotadas en un plano de consumo menor.

Mientras este mundo sufre de una superpoblación incontenida, estos lacayos de corporaciones nos enseñan con ingeniosas publicidades que en verdad lo que consumimos diariamente no es suficiente. Que en verdad la razón de nuestra infelicidad es que el televisor no alcanza un nivel de pulgadas lo suficientemente amplio para compararlo con el vecino, o que un celular que tiene una función definida por agregados menores valga hasta 500 dólares más que uno básico.

En salud es inclusive más grave. Cómo hacemos atractivo el concepto de salud? En términos de publicidad mostrando una familia de tez preferentemente blanca jugando en el parque en toda su plenitud, una hija y un hijo para que encaje en el cuadro de paridad. Eso si, nunca hay un viejo en esas publicidades y todos sabemos porque. Tampoco muestran imágenes del quirófano donde se hace una operación que podría salvar la vida de esa persona porque no es estéticamente comercial. Por el contrario muestra de afuera sus instituciones como si de hoteles de lujo se trataran y jamás nombra a los médicos que trabajan en éstos lugares, que son básicamente los que dan prestigio a una institución.

La funcionalidad en este sistema es el último escalafón que interesa. La imagen es prioritaria es mostrar como se ve uno usando ese producto y no que sucede a largo plazo.

Me veo muy bien fumando..... cáncer, accidente cerebro vascular, enfisema pulmonar

Mi familia la pasa muy bien en Mc Donalds..... obesidad, diabetes, problemas cardíacos


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- Te gusta el cine?- Me dice mientras abandona los últimos jadeos del acto previo

- Claro!- Le respondo con una mezcla de  entusiasmo y cansancio. A su vez me preguntaba porque no habíamos hablado antes del tema.

-Ahh, a mi no me gusta el cine, la verdad

- Eh?! Por?

- Porque las películas son muy largas y me pierdo, además la mayoría terminan mal y no dejan un mensaje.

- Si te gusta ver cine no creo que te moleste que sean cortas o largas y con respecto al mensaje, las películas que "terminan mal" también pueden dejar un mensaje. Igual te referís a que terminan mal por qué la trama tiene un final tonto o mal filmado? No entiendo.

- No, no, por ejemplo que todos mueran al final, eso está mal! - Dice totalmente convencida.

- Pero...no sería un poco monótono que todas las películas terminen de forma feliz? Cuál sería el desafío?

- Qué desafío? Yo no miro películas para que me desafíe, solo la quiero pasar bien.

- Entonces qué importa el mensaje? También la podés pasar bien aunque tenga un final triste.

- Nooo, yo me pongo mal si termina mal - Insiste.

- .... Está bien - Digo resignado

- No estás de acuerdo?

- Creo que nunca estuve tan en desacuerdo con alguien.

Y esa era la cuestión. Qué hacía con una mujer que tenía este tipo de pensamiento? La respuesta mi cerebro la dividía en 2 partes. Primero yo no "estaba" con nadie, esto era meramente circunstancial. Segundo, lo circunstancial en consecuencia tiene una justificación meramente superficial; su cuerpo era increíblemente atractivo, por lo cual me invitaba instintivamente a estar con ella.

Pero también si me pongo a hilar fino, desde que me mudé nunca tuve tantas relaciones casuales donde ni siquiera sabía el apellido de cada una de ellas. Es como un vaivén de intenciones meramente carnales donde lo demás es mera excusa, lo que pensaba, lo que sentía era tan accesorio para mí como para la otra persona  y al parecer funcionaba hasta cierto punto.

Pero a la larga, como muchas cosas en la vida, son excusas. A partir de los estereotipos físicos simplemente me convertí en alguien superficial a la hora de interactuar (en muchos caso, no todos) con el sexo opuesto.

Lo peor de todo es que al no haber feedback, las relaciones solo se dictaminan bajo la lujuria, un momento que supera el esparcimiento a un hábito poco redituable al largo plazo.

Un gran amigo me dijo hace tiempo "Tu problema es el karma de los escritores, tu ego solo condice que para ser un buen narrador tenés que ser una persona obligatoriamente solitaria"

Si me pongo a pensar que solo me enamoré 2 veces en mi vida puede que  tenga razón. Y más si al otro día al viajar en subte me crucé con una mujer muy parecida a una de ellas y a diferencia de lo que suelo hacer cuando me gusta alguien, simplemente me quedé en el molde. Verla leyendo un libro mientras mostraba un intento de sonrisa me trajo recuerdos complicados.

Y pareciera que ya no quiero complicarme más la vida, lamentablemente.



1 comentario:

Anónimo dijo...

por ahí te estaba re tomando el tiempo, twisted

saludos desde el otro lado de la vía

 
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